30 sept 2009

ODISEA EN EL BOSQUE MÁGICO

Las aventuras de Zibuky y Sinamoon


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Zibuky y Sinamoon eran dos duendecillos que vivían en La Ciudad de los Ensueños, un mundo escondido en la corteza de un hermoso árbol del cual nunca habían salido. Un día Zibuky, el más travieso de los dos invita a Sinamoon a conocer el mundo exterior fuera de su árbol mágico, para luego volver y contarle a las hadas de los sueños todo lo que habían conocido!!
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Sinamoon sonrío de oreja a oreja y su naricita redonda como un melocotón parecía que iba a estallar y caerse de lo roja que se le puso por la emoción de explorar un mundo diferente, sin embargo, por un momento recordó que la anciana de las hadas les había dicho un día mientras aprendían a volar entre panales, que fuera del refugio de su árbol mágico habían muchos peligros, especialmente "el hada negra de las noches frías" como ella la llamaba... podría terminar por cortarles sus alitas de sueños y de vida!
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Zibuky se acercó muy despacito cuando vió que Sinamoon estaba distraído y asustándolo desde atrás cuando le gritó al oído, Sinamoon cayó sentado sobre su preciosa colita de flores y mariposas! y le dijo: VAMOS que una odisea nos espera!
Ambos salieron corriendo como hojas llevadas por el viento hacia un universo nuevo y sus risas parecían sonar como campanitas!...
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Lentamente se acercaron a la salida de la corteza... desde adentro podían ver la intensa luz que llegaba desde la tierra viviente como le decían sus abuelos. Dame la mano Sinamoon... inquiere Zibuky... sujétame fuerte-fuerte antes de salir. Los ojitos de Sinamoon estaban brillantes de la emoción y los nervios y se sujetó con las fuerzas con sus dos manitas, de las manitas temblorosas de Zibuky, el rebelde explorador de ojitos negros!
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- Ahora, dice Zibuky... a la cuenta de tres saltaremos hacia lo desconocido, estás listo?
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- Siiiiiiiiiiii grita Sinamoon, a la unaaaaaaaa, a las dosssssssss y a lasss tressss!!!
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En un momento, los duendecillos sintieron la hierba fresca debajo de sus piecitos regordetes y gritaron SIIIIIIIIIIIIIII hemos cruzado hacia la tierra de los vivientes!!
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El sol estaba radiante y ambos duendecillos paseaban por el bosque maravillados de todas las cosas que encontraban a su paso y abriendo sus ojitos de perlas encendidas, quisieron explorar el mundo de tantos colores que los rodeaba tan mágicamente fuera de su corteza!
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- Ven! dice Zibuky, vamos a cortar frambuesas, a volar con los alados azules y a jugar con la lluvia transparente!

- Vamos, vamos!!!! dice sonriendo Sinamoon... que yo quiero llevarme un pedacito de cielo cuando volemos con los alados azules!
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De pronto, Sinamoon mira junto a un árbol a los hermosos alados azules con los que quieren ir a volar y OH SORPRESA!!! están acompañados de una preciosa hada mariposa y Sinamoon le grita a Zibuky...

-Mira, miraaaa aquí también hay hadas mariposa!
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-Entonces Zibuky se acerca a él con una sonrisa y le dice... nosotros tenemos los ojos mágicos y vemos cosas que el mundo de los vivientes no puede ver y que en nuestro mundo existe en todos los rincones, pero así como podemos ver a las hadas mariposa acariciando a los alados azules, también podremos ver al "hada negra de las noches frías" y debemos tener mucho cuidado con ella, que podría arrancarnos la vida.
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El pobre Sinamoon pierde la sonrisa que tenía y sus ojitos se miran nublados, entonces Zibuky le dice alzando la voz para animarlo, miraaaaaaa los alados azules irán a volar, vamos con ellos!! y Sinamoon se pone a dar de brinquitos porque es un duendecillo lleno de magia y energía y olvida por un momento sus temores.
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- Vamos vuelve a gritar Sinamoon, que quiero llevarme un pedacito de cielo azul!

Zibuky le dice entonces... adivina que traje escondido en mi sombrero rojo??
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- Ummm comida?? pregunta Sinamoon
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- No, dice Zibuky
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- unas piedrecitas rojas para no perdernos? No...responde
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- Acaso no me dirás? le pregunta Sinamoon frunciendo una ceja
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jajaja ríe divertido Zibuky, por qué eres tan aburrido y nunca te gusta adivinar? pero te diré: He traído conmigo nuestras cajitas mágicas!!!!
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Oh siiiiiiiiiii dice Sinamoon, con ellas podremos hacer muchas cosas! dame un poco de polvo mágico le ataja, porque he encontrado una pequeña libélula herida y quiero que vuelva a volar!
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Zibuky le pasa los polvitos mágicos y Sinamoon empieza a conversar con la libélula mientras llena de un poco de magia sus frágiles alas quebradas...
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El viento empieza a soplar lleno de vida y Zibuky como Sinamoon corren a subirse a los alados azules para dar un inolvidable paseo por los cielos y comer un poquito de las nubes de algodón!


Mientras los duendecillos corren a jugar con el viento, la pequeña libélula se queda en el hueco de un tronco tocando su pequeña arpa, despidiéndose agradecida por haberle curado sus alitas.
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Ella se siente segura en ese lugar, pero adora ir a volar y entiende por qué Zibuky y Sinamoon han dejado su seguro refugio de la corteza del árbol para ir a conocer otros mundos y espera que la magia de su hada protectora los acompañe en sus aventuras.
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Los cielos parecen un pedazo del océano azul brillante y gigantesco. Sinamoon se siente feliz, siempre quiso ser un ave para volar por los cielos, porque a pesar de que es un duendecillo con pequeñas alas transparentes y una hermosa cola de flores y mariposas, no puede volar demasiado alto porque el viento lo tumbaría!
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De repente, una ráfaga de aire le arranca su sombrero rojo a Zibuky y adentro van las cajitas mágicas!!!! hay que rescatarlas, grita a todo pulmón! entonces los alados azules empiezan a caer en picada para alcanzar el sombrero rojo que lleva un tesoro de magia escondido!
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Casi lo tengo, grita Sinamoon estirando su manita dorada tratando de alcanzar el sombrero y cuando está a punto de caer en el suelo y estrellarse con las piedras, Sinamoon alcanza el sombrero con la punta de sus deditos y grita como un loco de felicidad, LO TENGO!! LO TENGO!!!
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Todos se echan a reir al ver a Sinamoon brincando como un grillo porque se sentía todo un héroe al alcanzar sus preciados tesoros!
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En ese momento se mira una sombra que cubre la pequeñita figura de Sinamoon y un enorme cuervo negro se avalancha sobre él y con sus garras le arrebata el sombrero rojo de las manos, llevándose en sus patas las cajitas mágicas de los duendecillos.
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Noooooooooooo grita Sinamoon corriendo como tratando de alcanzarlo, apenas aleteando con sus pequeñas alitas hasta llegar a la orilla de la colina, viendo cómo el cuervo se llevaba sus tesoros.

Zibuky se acerca despacio a Sinamoon quien está llorando sentado en una roca y le dice:
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- No te preocupes Sinamoon, recuperaremos nuestros tesoros pues los alados azules nos bajarán de la colina y nos dejaran al pie de los riscos para ir en la búsqueda de nuestras cajitas, aunque ellos no podrán entrar allí porque si un alado azul invade la ciudad de los cuervos, será devorado sin misericordia.
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Abriendo sus ojitos como pepitas, Sinamoon le dice ¿y nosotros? ¿Cómo haremos nosotros siendo tan pequeñitos para recuperar nuestras cajitas?
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- Justamente esa es nuestra gran ventaja le dice Zibuky, al ser tan pequeñitos podremos escondernos en muchos lugares y nadie nos verá llegar y cuando hayamos recuperado nuestras cajitas mágicas, podremos convertirnos en dos pequeñas piedrecitas y caer risco abajo hasta estar seguros!
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Sinamoon mira asombrado a Zibuky y de repente suelta un pequeño suspiro cuando recuerda que en su cajita mágica ha guardado un pedazo de cielo azul que quiere llevarle a su preciosa hada mariposa.

Luego de reposar unos momentos y que los alados azules bebieran del riachuelo, ambos duendecillos se suben sobre sus suaves alas y dispuestos a recuperar su sombrero rojo con sus cajitas mágicas, se dirigen hacia las faldas de los riscos, al pie de la terrible ciudad de los cuervos.
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La tarde ha empezado a caer... será mejor dice Zibuky porque podremos escondernos en las sombras, pero sin nuestras cajitas mágicas no podremos sobrevivir en la tierra de los vivientes y tendríamos que regresar a la corteza de nuestro árbol sin haber conocido el mundo, porque solamente una vez se emprende este viaje lejos de la ciudad de los ensueños donde vivimos.
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Los alados azules los dejan sobre una piedra y levantan vuelo, de allí en adelante los duendecillos deberán cuidarse solos.
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Empieza la dura escalada hacia la cima de la ciudad de los cuervos donde sin duda estarán sus cajitas mágicas. Conforme van subiendo más, se escucha ese aleteo constante y tenebroso de los cuervos que tienen unos picos tan duros que partirían en dos a Zibuky y Sinamoon si los llegaran a encontrar.
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- Estoy cansado dice el más pequeño de los duendes y tengo sed. Zibuky saca de su pequeño bolsillo un pétalo lleno de rocío y se lo da a beber a Sinamoon que recobra sus fuerzas inmediatamente.
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- Vamossss le dice y apúrate le grita con su frágil vocecita

- Shhhhhhhhhhh le dice Zibuky ¿quieres despertarlos a todos?
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Sinamoon se hace una pequeña bolita y se esconde cerca de Zibuky. Este le explica que cuanto más cerca están de la cima, menos ruido pueden hacer para no ser descubiertos y el pequeño parlanchín de Sinamoon se tiene que morder la lengua para no hablar!
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En eso, se escuchan unos fuertes aleteos y extraños sonidos... si, se están acercando...

Muy despacio desde una abertura del risco ya en la cima, ambos duendecillos están escondidos y observan al centinela que cuida la corteza en donde está escondido sin duda, su gran tesoro.
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- Ayyyyyy dice Sinamoon...tengo miedo
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- Shhhhh le responde Zibuky... no nos verá no tengas miedo, te acuerdas que los valientes no tienen miedo?
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- Siiiiiiiiiiiiiiii dice Sinamoon y yo soy valiente!
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Pero pega tal grito de la emoción que el temible cuervo agita sus alas como buscando algún cuerpo extraño en sus tenebrosos riscos.
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- Zibuky cuando ve el peligro al asecho le dice, quédate aquí, bajo estas piedras y no te muevas que yo rodearé al centinela y cuando esté distraído me meteré en el hueco del árbol y buscaré nuestras cajitas mágicas.
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- Pero cómo harás para salir sin que te vea? le dice Sinamoon asustado por la suerte que podría correr su querido amigo
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- No me verá le dice Zibuky, porque guardaré las cajitas mágicas en mi bolsillo, luego me convertiré en una piedrecilla y rodaré hasta este lugar y tomaré tu mano y juntos, como dos piedritas blancas podremos bajar estos riscos y escapar! y le hace un ademán con las manos a Sinamoon para evitar que grite de emoción.
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Paso a paso Sinamoon sigue con sus ojitos los movimientos de Zibuky, quien además de ser su mejor amigo es su héroe y su maestro, sin no fuera por él, jamás habría podido emprender un viaje tan maravilloso y conocer todos esos lugares tenebrosos, piensa Sinamoon, temblando de miedo dentro de sí, pero emocionado al mismo tiempo que podrá contarle a su preciosa hada mariposa, todas las aventuras que vivieron durante su tiempo en la tierra de los vivientes.
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De repente, estaba tan metido en todos sus pensamientos que no vio que su gorrito rojo asomó por un lado de las piedras y cuando se volteó pudo observar los ojos negros y sin vida del cuervo clavados en sus ojitos chispeantes y sólo pudo decir... huyyyyy que feo eres y salió corriendo!!!
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En eso, sintió como algo aprisionaba su manita y entonces dentro de una bruma mágica vio a su gran amigo Zibuky convertido en piedrecita y al tomarlo de su manita transformó también a Sinamoon en una pequeña piedrecita blanca justo en el momento en que el cuervo pensaba arrancarle su naricita roja de melocotón!
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Uffff estuvo cerca dice Zibuky, pero hemos vencido!
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Ajuaaaaaaaa gritan los dos, mientras caen como una lluvia de piedrecitas blancas hasta las faldas de los riscos misteriosos, donde habita la ciudad de los cuervos.
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- Vamos le dice Zibuky a Sinamoon, debemos apresurarnos porque a un kilómetro de aquí nos esperan los alados azules para llevarnos de regreso al bosque donde tenemos muchas cosas que aprender, que explorar y conocer!!!
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- Y que comer!! grita Sinamoon que siempre tiene hambre
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Los dos sueltan una carcajada y se alejan camino a las colinas...

- Hola! se escucha una vocecita que les pregunta... ustedes también son conejitos??
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- Nosotros no!! dice Sinamoon, somos unos duendecillos mágicos y valientes!
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- Naaaaaaa le dice con carita de sorpresa el conejito que intentaba comerse una zanahoria casi tan grande como él, dice mi papá que los duendes no existen!

- Tu papá es un mentiroso le dice Sinamoon con la carita más roja de lo normal
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-No es cierto, grita el conejito, mi papito no miente!
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- Y entonces el calmado de Zibuky le dice a los dos... calma pueblo, calma! aquí nadie está mintiendo. Tu papá dice la verdad, porque en la tierra de los vivientes no existen los duendes
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Y Sinamoon tampoco está mintiendo porque nosotros sí somos duendes y venimos de la Ciudad de los Ensueños! Y cómo te llamas, le pregunta Zibuky al conejito?
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El conejito muy orgulloso se levanta, extiende su patita y dice, me llamo Conejo
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- Ja ja ja se escuchan las risas de Sinamoon, eres un conejo, pero no te llamas así, debes tener un nombre, yo por ejemplo me llamo Sinamoon, le dice el duendecito
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- Pues yo me llamo Conejo, repite el conejito
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- Entonces Zibuky le dice si tú quieres te podemos poner un nombre mágico
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- si, siiiiiiiiii grita Sinamoon, le podemos poner tontín y se parte de la risa
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- No seas malo Sinamoon, lo regaña Zibuky, le pondremos "Orejitas" porque su magia está en sus hermosas y largas orejas y dándole una palmadita, sus orejitas empiezan a brillar.
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-Ayy dice maravillado el conejito "parezco una luciérnaga" y los cazadores me matarán cuando me van
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- Tienes razón le dice Zibuky, te dejará la magia en tus orejitas sin que brillen y cada vez que tú quieras correr, con la magia que te hemos regalado, correrás tan rápido que no te alcanzarán ni los jaguares y dicho esto, Orejitas se levanto y empezó a correr por toda la campiña a tal velocidad que ni se miraba pasar y de repente se escuchó la vocecita ya muy lejos que gritaba en la distancia... adiosssss, adiosssssssssssss y gracias pequeños duendecillos...


El pequeño Sinamoon después de la aventura en la ciudad de los cuervos está muy cansado y mientras llegan los hermosos alados azules, decide tomar una pequeña siesta y chuparse su dedito favorito que tiene sabor a limón!
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- Despierta, despierta, le dice Zibuky a Sinamoon, que llegó nuestro transporte.
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- De un sólo salto Sinamoon se pone de pie y corre hacia los alados y los abraza tan lleno de alegría.
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- Debemos apurarnos les dice Zibuky, porque tenemos mucho que explorar y el tiempo se nos está terminando y debemos volver a nuestra corteza mágica antes de mañana al anochecer.
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- Ayyy dice Sinamoon, tan pronto?? y mira cómo se entristece su carita de bombón. Entonces le dice Zibuky: No olvides que llevas un pedacito de cielo para tu hada mariposa y debe estarlo esperando.
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Los ojitos de Sinamoon se abren como pepitas de jocotes y dice con voz apurada: Ya escucharon alados azules, DEBEMOS APURARNOS QUE EL TIEMPO SE AGOTA
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Ya de vuelta en el bosque maravilloso dice Zibuky, vamos a jugar con el agua y a bañarnos en los manantiales transparentes como lo hacen las sirenas!
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Ambos corren hacia el riachuelo donde hermosos animales reposan libremente bajo una tarde tan hermosa como el día.


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- Este rinconcito, le dice Sinamoon a Zibuky, me recuerda a mi jardín.
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- Es que ahora estamos en un lugar tan lejano de los vivientes, que no han podido descubrirlo y por eso hay mucha magia y los animales se sienten libres y no tienen miedo.
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- Ahhh dice Sinamoon y entonces hay que tenerle miedo a los vivientes?
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- Oh sí, se apresura a decir Zibuky hay que tenerles mucho miedo, porque los vivientes si llegaran a encontrarnos, jamás nos dejarían ir y tal vez hasta quisieran encontrar nuestra corteza mágica y nuestro hermoso mundo ya no sería secreto.
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- Y si nos atrapan? dice Sinamoon.
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- No nos atraparán, por eso traje nuestras cajitas mágicas que nos ayudarán si fuera necesario!
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- Bien hecho dice Sinamoon, cuando yo sea grande, quiero ser como tú!
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- Bah, no te hagas tantas ilusiones le dice Zibuky y los dos empiezan a reír!
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Ambos están bañándose en el río trasparente, cuando Zibuky escucha un extraño ruido en los matorrales.
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- Silencio! le dice a Sinamoon que grita como un bebé dentro del agua. He escuchado un ruido y no podemos olvidar que estamos en la tierra de los vivientes donde además habita el hada negra de las noches frías y sus duendes malvados.
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- Gluupp... se escucha que traga con dificultan el pequeño Sinamoon.
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Es tan pequeño Sinamoon (piensa Zibuky) que por un momento tiene miedo de no poder protegerlo, pero recuerda las palabras sabias de su abuelo cuando le decía: Si alguna vez estás en peligro, no olvides las palabras mágicas y los secretos que están escondidos en tu cajita de tesoros que un día podrían salvarte la vida.
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Por eso Zibuky jamás se alejaba de su casita sin sus preciados tesoros.

No muy lejos, desde la altura de unas ramas, tres duendes malvados observan a Zibuky y a Sinamoon bañándose en el río.
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- Mira... son ellos dice una horrible vocecilla señalando con su dedo largo y puntiagudo a los dos hermosos duendecitos.
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- Uno de ellos dice: Sí... son los mismos que el Hada Negra de las Noches Frías ha visto reflejarse en su laguna de fuego, anunciando su llegada. VAMOS POR ELLOS!
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- Ñamm Ñamm dice el otro, tengo hambre y me comeré sus cabezas de manzanas
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- NO! le asesta un golpe en la cabeza el peor de los duendes, diciendo: Debemos llevárselos vivos al Hada de las Noches Frías para que nos de grandes recompensas y dejemos de vivir escondidos entre las ramas de los árboles como si fuéramos uno hongos apestosos, dice lleno de enojo.
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- Pero si tú ya eres apestoso, le dice su compañero y por eso nadie te quiere en sus cuevas.
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- Ya basta! le dice el malvado duende o te pegaré un coscorrón!
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- Lentamente bajan por los recodos del árbol escondiendo sus mounstrosas figuras para acercarse cada vez más a sus presas.
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- No hagan ruido, dicen entre ellos, no queremos que se asusten y corran como venados heridos.
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Sin embargo Zibuky tiene los oídos muy alerta porque se preparó mucho para emprender esa gran aventura llena de emociones y peligros.
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Toma de la manita a Sinamoon y le dice, ven jugaremos a las escondidas, pero no debes hacer ningún ruido porque si pierdes no te devolveré tu cajita mágica, le dice para distraerlo. No quiere que se asuste tanto de saber que algo malo podría pasarles. Pero Zibuky sabe que el peligro los acecha y debe darse prisa.
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- Y por qué mi cajita? le dice Sinamoon extrañado, estas enojado conmigo?
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- Noooo, cómo crees, si yo te quiero mucho, sólo quiero que juguemos y que tú no hagas ningún ruido, después te daré un premio si me haces caso de estar calladito, quieres?
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- Entonces Zibuky toma sus cajitas mágicas y saca los polvos de estrellas que le permitirán que nadie los mire por unos minutos, tiempo suficiente para esconderse del peligro que no ha visto, pero que sabe que los rodea.
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Mientras tanto, los tres duendes malvados se están acercando y cuando están a punto de extender sus manos huesudas hacia los duendecitos, estos desaparecen ante tus ojos!!!
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- Huyyyyyyyyyyyyy grita uno de los duendes malos, el más miedoso de ellos, dónde están, están embrujados!
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- Cállate le dice el otro duende, es su magia para esconderse, pero los encontraremos y se los llevaré al hada de la noche para que los cocine con sus sapos y lagartijas y no quede nada de ellos.
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- Zibuky aprovecha los gritos de los duendes para caminar sin hacer ruido mientras nadie puede verlos y se lleva a Sinamoon a esconderlo debajo de una hiedra espinosa que será su refugio.

Mientras tanto, en la ciudad de los muertos, el hada negra de las noches frías observa desde su laguna de fuego lo que sucede
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- Esos duendes inútiles, le grita furiosa a su espantosa mascota, no sirven para nada! son capaces de dejarse engañar por esos dos pequeños insignificantes. Si no logran atraparlos, los mandaré a alimentar a los cuervos!
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- Si, si, si si... dice su horrible mascota, a los cuervos, si, a los cuervos, total nunca me cayeron bien! y ambos se ríen como un espeluznante chillido que rompe la noche!
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La noche transcurre y los duendes malvados están buscando como locos a los preciosos duendecillos que están muy escondidos y sin hacer ningún ruido. Sólo deben sobrevivir la noche, porque al amanecer, los rayos del sol lastimarán los ojos de los duendes malos y les será más fácil escapar a su corteza mágica, porque ha llegado la hora de volver y están un poco lejos.
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- Si no encontramos a esas ratas coloradas, le dice un duende al otro, el hada negra nos matará!!!!!
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- Yo mismo te mataré si no los encuentras, le dice el líder, sigue buscando y deja de hablar, que solamente anuncias nuestra llegada.
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Para todo ésto, el pequeño Sinamoon ya se dió cuenta que eso no es un juego y que tres horribles duendes verdes los están buscando para llevárselos al hada negra y él siente mucho miedo, pero no pude ni hablar de lo asustado que está y apoya su cabecita roja en las cajitas mágicas, como queriendo robarles un sueño tranquilo.
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- Trata de dormir, le dice Zibuky, no tengas miedo que yo te cuidaré, mañana cuando salga el sol los duendes malvados deberán esconderse entre las ramas y les será muy difícil alcanzarnos antes de llegar a nuestro hogar!
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- Me lo prometes? le dice Sinamoon con esa carita tan dulce que Zibuky le dice, si, te lo prometo y también te prometo que te regalaré mi pedacito de cielo cuando lleguemos a casa para tu preciosa hada mariposa!
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- Sinamoon le sonrie porque sabe que lo cuidará y que le regalará su pedacito cielo sólo para convencerlo que no tenga miedo, pero él no se lo aceptará, porque Zibuky también tiene su propia hada mariposa a quien le regalará su trocito de cielo azul y él será valiente para ayudarlo en esa travesía de peligro. Pensando en eso se queda dormido hasta el amanecer, mientras Zibuky cuida su sueño y espera que la noche termine.
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En eso escuchan un grito
- Ayayayyyyy me estás machucando mi cola, grita un duende malo
- Y el otro le responde con cara de burla, yo crei que era un lagartija muerta! jajaja le dice riéndose en su cara
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- Cara de lagartija muerte tienes tú, le contesta y ambos se empiezan a pelear jalandose las colas y en lo que los hermosos duendecitos miran la pelea desde su escondite, el mayor de los duendes malvados se acerca por detrás de ellos para sorprenderlos!
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Cuando está a punto de agarrarlos Zibuky lo mira y toma al pequeño Sinamoon en sus brazos y sale corriendo colina abajo, menos mal que ya está amaneciendo! esos los ayudara a escapar.
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Pero mientras tanto el malvado duende los sigue muy de cerca, porque no está dispuesto a dejarlos escapar y que el hada de la noche lo condene a alimentar a los cuervos.
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Sigue detrás de ellos gritando como un lobo para asustarlos y estirando sus horribles manos para atraparlos y cuando casi lo logra, aparecen en el cielo dos preciosas aves de luz para rescatar a los duendecillos


Los dos duendecillos son alzados a los aires en los picos de las aves de luz
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- Nooooooooooo grita el duende malvado cuando mira que son arrancados casi de entre sus dedos, nooooo el hada negra de la noche nunca me dará mi libertad y mientras dice eso, sus feos compañeros lloran sabiendo que seran alimento para cuervos.
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Desde las alturas se escucha decir a Sinamoon... siiiiii hemos sido rescatados, yupiiiiiiiiiiiii
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- Zibuky sonríe de felicidad y se deja llevar por las aves de luz que fueron enviadas por los alados azules para su rescate!
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Luego de volar por los cielos un rato donde Sinamoon y Zibuky contemplaron los bosques desde lo alto, llegan hasta un camino del color del arco iris en donde las aves de luz los dejan suavemente.
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- Tengan cuidado, les dicen las aves y vayan en paz que al terminar el arco iris encontrarán la entrada a su corteza mágica donde los esperan.
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- Que alegría grita Sinamoon que es toda una fiesta en su corazoncito feliz. Vamos a casa Zibuky, le dice, que nuestras hadas mariposa nos están esperando y también un enorme pastel de frambuesas!
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- Si, le responde Zibuky, vamos a casa y llevemos nuestros pedacitos de cielo para las más hermosas de todas las hadas del mundo!
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Ambos toman sus cajitas mágicas y emprenden el camino hasta el final del arco iris, donde la corteza mágica se abrirá ante su llegada y donde todo un pueblo lleno de ensueños se sentará a la luz del fuego de una enorme fogata para escuchar las aventuras que tienen que contar Zibuky y el pequeño Sinamoon!

La dulce hada mariposa de Sinamoon lo recibe con un cálido beso porque sabe bien que Sinamoon le ha llevado un pedacito de cielo que podrá colgar en su ventana y los mantendrá unidos para siempre como los duendecillos más felices en el país de los ensueños!
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- Entre los jóvenes más valientes se encuentra ahora Zibuky!
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Todos los duendes del pueblo lo pasan felicitando y dándole la mano porque saben que ha vivido una aventura y ha cuidado de su pequeño Sinamoon para enseñarle el valor de la vida, la amistad y sus hogares!
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La hermosa princesa mariposa de Zibuky lo mira desde lejos, porque sabe que cuando acabe la fiesta y termine la tarde, él le contará mirando las estrellas, todos los lugares secretos que ha conocido y como luchó contra los duendes malvados del hada negra de las noches frías.
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Y en el País de los Ensueños, todos los duendes están muy felices.
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Todos han conocido un pedacito de cielo de la ciudad de los vivientes y ahora tienen de regreso en casa a sus amados duendecillos, que juegan alegremente por los verdes y maravillosos jardines de su mundo mágico.
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FIN

19 sept 2009

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